Ha llegado la hora de mostrarnos como somos,
andar por las calles y en la casa
y si alguien nos reconoce y contemplarnos
serán los habitantes de las liturgias extrañas.
Pero como somos perfume de memoria más que vida
nadie puede vernos...
Tu y yo respirando una piel que solo se presiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario