Iniciando nuestro mundo, sin saber que caminos intrincados
de los huéspedes agazapados entre las brumas
de las claves del juicio y la razón,
de la puntual agonía,
de los arteros colmillos afilados
de dibujos y máscaras hacia el amor...
Defendíamos la palabra ante la blasfemia
convirtiéndola en poema.
Era una región abandonada por muchos
y sólo para dos.
Pero hoy
la busco en los mapas que conozco y no existe.
Si existe, solo que cuesta mas encontrarla, pero esta.
ResponderEliminarUn abrazo amigo para vos.
Tere.
Querida poeta....sigamos el camino, tal vez encontremos un lugar más plácido.
ResponderEliminarTe acompaño....